Cuando hablamos de vocación o de desempeño laboral o profesional, nos imaginamos que las personas deberíamos desempeñarnos en la misma profesión u oficio durante toda la vida.
Los seres humanos poseemos habilidades y competencias que en la mayoría de los casos , solemos desconocer.
Al iniciar la etapa universitaria o a terminar el Nivel Secundario, decidimos una carrera o un oficio pero sin embargo, devenidos adultos, nos damos cuenta de que no siempre trabajamos a gusto de aquéllo para lo cual nos preparamos; incluso empezamos a percibir que no disfrutamos del trabajo que tenemos.
Nuestro diálogo interior suele boicotearnos con pensamientos de este tipo:
“Si estudié ingeniería (o medicina ), cómo ahora voy a cambiar de profesión!”, “Sé que eso decepcionará a mi familia”, “He invertido demasiado tiempo en esta carrera y ahora voy a tirar todo por la borda?”
Sin embargo, cada vez más, nos encontramos con personas que han decidido dedicarse a aquéllo que aman hacer.
Además y en este sentido, es un mito pensar que sólo tenemos una pasión o una única vocación.
Si podemos conectar con nuestros gustos, y conocernos mejor, iremos descubriendo otras cosas que nos motivan y que por no poner el foco en ello, se nos pasa la vida sin poder disfrutar de lo que realmente nos apasiona.
Siempre ofrezco la siguiente frase a mis consultantes, porque les ayuda a tomar conciencia de la importancia de conectar con nuestras pasiones para que el trabajo sea una actividad placentera en lugar de un pesar, ya que debemos trabajar la mayor parte de nuestra vida.
La frase es de Steve Jobs, quien expresaba lo siguiente:
“La única manera de hacer un gran trabajo, es amar lo que se haces. Si aún no has encontrado algo que ames, sigue buscando. No te conformes. Al igual que en los asuntos del corazón, sabrás cuando lo encuentres”
Personalmente, yo trabajo de aquéllo que amo hacer, y para mí, dedicarle muchas horas a preparar mis cursos, me resulta realmente un verdadero placer, me conecta todo el tiempo con mi esencia y eso me devuelve un estado de felicidad y bienestar por el sólo hecho de poder contribuir con mi tarea a sembrar semillas para que el mundo sea un poco mejor.